Cada vez que derramas una lágrima lo demuestras. Solo eres un cobarde. Cobarde por llorar ante cualquier problema, aunque ni siquiera llegue a ser problema. Te refugias en la angustia y el dolor para así intentar desahogarte y sentirte mejor.
Piensas que este mundo es demasiado para ti y que todo lo que hay y te rodea o queda por ver te hará daño. Angustia. Angustia es lo que sientes al enfrentarte a algo, aunque ese algo no sea nada..
¿Y que se supone que debes hacer, cuando se supone que ya nada puede ser peor, cuando lo que más te importa te quiebra el corazón de una u otra forma?..
Admítelo, eres cobarde, Demasiado. Lo único que quieres es ponerte un muro frente a los demás para así evitar que te hagan daño y poder sonreír des-preocupadamente. Eso sería lo más simple, pero nada es como lo deseamos.
Y no poder gritar de la rabia, de la angustia, de la preocupación. Tienes algo que te mata de una forma que jamás creíste llegara ser tan intensa. Pero si los demás supieran por un momento el dolor y la desesperación que te causan comportándose como lo hacen contigo.
¿Cómo explicarlo?.. Te tratan como si fueras el universo para ellos, pero a la vez como si fueras cualquier cosa. Es raro. Ya no sabes lo que es lógico y ese es el momento en que te sugiero centrarte en ti, en un pensamiento positivo y en un futuro que te genere felicidad y no angustia, a no ser que esta sea la dulce angustia de esperar una alegría “inesperada”
Ahora solo te queda apagar la luz y recostarte en tu cama, esperar que todo pase, porque la espera a veces es placentera si lo que viene es algo alegre.
Takuya ♥.
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